martes, 22 de febrero de 2011

Final felíz.

Hoy quiero ser bobo y plantar en esta pequeña capilla a la paganería una historia simple, algo chusca y, si se puede, linda. Claro que no surgió de mi chistera (¿cuál chistera? soy brujo no mago), fue un pequeño trabajo de mi taller de redacción. Y ya que no pude vencer esa barrera llamada "temo ser mucho más ególatra de lo normal" creo que me limitaré a dejarlo aquí pegado:

Había una vez una bruja.Una bruja que estaba fastidiada de volar en escobas, de echar males de ojo cuando de todas formas tenía que hacerles la "limpia" a sus víctimas y de sudar la gota gorda hirviendo galones de "filtros de amor" que nunca servían.

No sólo eso, sino que además tenía que cuidar de su salud; comer niños ya no era lo mismo desde que empezó este asunto de la obesidad infantil, aterrorizandola cuando su raquítico vientre se transformo en una celulítica llanta. Eso sin mencionar los constantes y rutinarios aquelarres que además de dejarla fatalmente cruda, ya les habían causado cirrosis a la mitad de sus hermanas

Así pues, decidió tomar a su rechoncho gato atigrado (había decidido romper con la tradición cuando se dio cuenta de que los mininos negros siempre terminaban incinerados por algún troglodita supersticioso) y tomar el primer autobús que la llevara de Catemaco al DF.

Habiendo llegado a nuestra querida urbe (y tras haber recogido algunos de los cadáveres de rata envenenada repartidos por la central de autobuses) decidió tomar un lindo taxi con los colores de "Iron-Man"(mr) y partir rumbo al pintoresco "Chapultepé".

Fue al lago, luego al Lago y luego al otro lago, para terminar acostándose en la húmeda (con orines) hierba del pintoresco parque. Y mientras estaba tomando el sol, preguntándose si siendo verde también podía realizar la fotosíntesis, decidió que esta vida tranquila no era para ella.

Así que tomo la varita mágica que le había comprado a "Don Roberto" y apresuró el tiempo para que abrieran los clubes nocturnos y ella pudiera usar sus encantos para acabar la jornada como una alegre lagartona.

FIN

lunes, 14 de febrero de 2011

Feliz cumpleaños maldita cucaracha.

Ya sé, ya sé; hoy me debería dedicar a escribir algo más empalagoso, abrumante y rosado que esto, pero la verdad es que las pocas personas por quienes me resignaría a participar en el frenesí comercial pseudo-afectuoso del día de hoy estarían más que contentas de darme un soberano puñetazo en la nariz por siquiera pensarlo.

Así pues, fue por un comentario un tanto extraño de mi compañera de al lado que recordé que hoy tal vez podría felicitar a alguien que no sé si celebrar o lamentar haber conocido. No es retórica, ni poética,ni ninguna de esas monsergas que suelen complicar encantadoramente el lenguaje, de verdad no sé que hacer.

Sí, fue una de las personas más importantes de mi corta existencia (en esta dimensión al menos) y me duele en lo más profundo que ya no nos volvamos a hablar. ¿Gustan saber la razón? Yo también.

Fue, es una gran persona. Noble, inteligente, no carente de belleza y gracia, con ese aire melancólico que me fascina y ese respirar imperceptible y cadavérico. Una persona demasiado buena para este mundo vil y putrefacto, algo que he intentado cambiar mil y un veces porque no quiero que sufra por culpa de la gente aprovechada que inunda las calles de esta pestilente metrópoli.

Es fácil saber que fue mi culpa, lo sé, la gente no suele creer que yo pueda ser netamente malo (por algo tengo que incluir la palabra "malo" en mi seudónimo) y dejando atrás los rodeos, he deseado verle llorar con toda fibra de mi verde ser, suplicar, arrastrarse, que su garganta quede tan ajada por sus desgarrantes llantos que escupa sangre y que esta se lave con sus profusas lágrimas. No soy bueno, eso lo sé. Creo que simplemente no quiero que sufra por manos ajenas.

Pero ¿porqué tenía que hacer lo que hizo? Aún recuerdo esos soleados días, antes de que desarrollara una aversión al sol un tanto sosa, con un helado de grosella que jamás llegué plenamente a disfrutar, demasiado dulce para mi gusto. Y ahí estábamos, ignorantes de la incongruencia de aquel afecto.

En fin, si llega a encontrar esto seré feliz de que sepa lo que nunca le pude decir a la cara y si no, les servirá de entretenimiento a los del otro lado del monitor. Asì pues, feliz cumpleaños maldita cucaracha.

martes, 1 de febrero de 2011

La Rueda de Aragón no. 4

Esta, lectoras y lectores (basándome en las proporciones de mi audiencia) es solamente la tercera vez que intento escribir esta falta-de-encanto nota acerca de lo que pienso de ese güey horrendo -y bien amado por una grotescamente grande porción de la humanidad- llamado Dios.
Si creían que en la orden de una hamburguesa de incorrección política, papas sazonadas con magramente salado humor y un refresco de medio litro con la leyenda "me cago en Dios" no venia con un juguetito llamado ira divina, pues lamento mucho arruinarles aquella idílica versión del universo, pero así es.

Y puede que no se deba mas que a mi reciente conversión al satanismo; evento causado por mi creciente simpatía hacia el amigo con cuernos y cutis rojo que la gente se deleita en despreciar, la lectura de los mandamientos satánicos y una pizca de filosofía que la gente temerosa del "senior" tomaría por blasfema; todo esto aderezado con mi creciente odio hacia las diferentes iglesias del todopoderoso (resaltando el puritanismo sobre todas ellas)...
Perdón por la verborragia, pero esta se debe única y sencillamente a la emoción de poder tomar mi primera venganza pública del mes contra Jehová (advierto y admito que maldecir frente a las iglesias no es una buena estrategia, menos cuando hay gente devota que te puede escuchar y tienes prisa).

En fin, desde hacia varios días yo tenia planeado teclear acerca de dos fuerzas opuestas en la conciencia humana llamadas evolución y Dios.Toda esta idea siendo concebida por un espermatozoide llamado "ver los Pecados Capitales por H.C." y una mente torcida e inestable que hizo el papel de óvulo.

Deleitándome-torturandome con los estúpidos discursos de los clérigos ahí expuestos, me di cuenta de lo afortunado que he sido en esto de poder pensar en el bien y el mal sin restricciones ideológicas, cosa que ellos al parecer no pudieron hacer.

Por ejemplo, cuando a un escuincle (o incluso aborrecente) criado con bases religiosas le pones algo como eso, puede que termine con cara de asco y rezando trece padres suyos y ochocientas Aves Marías para no volver a sintonizar el canal en su parsimoniosa y borrega existencia. Sin embargo, con alguien tan poco lindo y simpático como yo, se debe tener cuidado, pues empiezo a proferir maldiciones, estallo de ira por todas las sandeces que dicen aquellos religiosos mientras me lamento por permitir que cosas tan asquerosas existan.

No es que sea intolerante, lo que pasa es que la religión es un tema que tarde o temprano me termina por hinchar las meninges con sangre y bilis negra en iguales proporciones. Yo ni siquiera soy bautizado, y la única instrucción religiosa que recibí fue por parte de mis dos abuelas, quienes -dicho sea de paso- no son precisamente mujeres devotas que van a misa los domingos y se persinan cada vez que oyen una blasfemia.

Y en gran parte lo agradezco, porque como individuo que soy, resulta liberador sentirse excento del estigma social que ha causado la iglesia a lo largo de todos estos años.

En fin ¿A qué se debió todo este choro mareador? Oh sí, a la evolución.

Resulta que en uno de mis arranques de amargura y cinismo me dio por exclamar en voz alta lo siguiente:
"En mi opinión, la mejor -y posiblemente única- prueba que tenga la iglesia para negar de una vez por todas esta teoría de la evolución es la persistencia de esa organización tan anticuada"

No fue una idea tan buena, tomando en cuenta que no lo dije frente a una convención de gente sesuda que pensara lo que quise expresar, sino una turba compuesta por espécimenes de Cro-Magnon y Neanderthal llamada compañeros de clase. Fundamento mi punto con esto, no es bueno expresar abiertamente ideas que vayan en contra de un dogma fuertemente arraigado como es la religión, sobretodo porque puede que entre los oyentes se encuentre alguien que pueda ser resumido en la siguiente frase
"un sorprendentemente idiota y necio fanático religioso".

No morí -al menos eso creo- pero de no haber estado estrenando mis gónadas de Brujo Malo estoy seguro que me hubiera defecado ahí mismo. En vez de eso sólo me quede riendo por dentro, mientras mi "sope" contrincante iba tomando un divertidísimo color rojo tomate con su furia auto inducida.

Mmm, demasiado desvarío de mi parte, perdonen eso.

A lo que quería llegar con eso es al hecho de que resulta irónico que una especie que supuestamente esta madurando en algo más avanzado y apto para la supervivencia esté involucrado con algo que sinceramente podría causar su propia extinción. Y es que las iglesias de Dios (ese Dios) no toman la fertilidad, la nutrición, el reposo y la competencia como algo bueno, sino como algo que debe ser erradicado a toda costa con la única excusa de que "ofenden al señor"...¡POIRE!

Estos elementos han representado los pilares de la evolución desde tiempos de las bacterias y el curioso fenómeno de que así de la nada una especie vaya en contra de lo que ha mantenido a la vida sobre la faz de la tierra resulta de lo más putamente absurdo. Así que si asumimos que la iglesia no sólo ha ido en contra del simple concepto de evolución, sino en contra de todos los elementos que la han mantenido vigente, podremos decir que el caso "iglesia" manifestándose en una especie supuestamente avanzada no puede ser otra cosa sino una negación absoluta a la vida, el desarrollo y lo que les sustenta.

Alégrese Mr. Benedicto, ya tiene algo con que refutar esas "blasfemias" que ocasionan la ira de Dios y salvar nuestras almas inmorales, perdón, inmortales; y se encuentra alrededor de usted, en su apergaminado corazón y en todos los lugares donde la palabra de Dios ha sacado a patadas de mula a la de la Madre Naturaleza.

Bueno, he escrito todo lo que tenía que escribir por el momento y aún debo repartir la sabiduría de Gea y el Diablo por el mundo. Lamento no haber podido hacerlo antes, pero espero que el añejamiento haya resultado conveniente...