domingo, 17 de julio de 2011

Mi viejo némesis

Turún turún turuun turun turun turuuun turún turuuun tururururú -y por si la gente inculta no lo notó, ese es el tema de la Pantera Rosa-. Duh.

He sido nuevamente atacado de manera sigilosa y molesta por mi archi rival y eterno contendiente. Grrrr.

Haciendo alarde de mi coraje y viril bravura os informo que vuestro adorado Brujo no sólo está peleando con uno, sino con toda una horda cuyo único fin es ridiculizar, ofender y/o satirizar a su Ominencia. En caso de que quieran vengar mi honor manchado os voy a revelar el nombre de esta asquerosa banda: libros para curso de inglés.

Si, esos sneaky bastards (ya sé que escribir en inglés habiendo palabras para eso en español es barbarismo, sin embargo creo que dada la naturaleza de esas puñeteras publicaciones aplica bien) se han valido de que yo no puedo hacerles más daño que colocar unos cuantos de sus ejemplares en una hoguera con el propósito de asar malvaviscos para llamarme, no estoy exagerando, un viejo pedante y aburrido o, como venía impreso , a boring old pedant.

Esta vez, por lo menos no fue directo; se limitaron a fastidiar al noble arte de escribir en linea.

miércoles, 13 de julio de 2011

Popurrí

Buenas noches humanos y miscelánea fauna intergaláctica y/o dimensional, os saludo desde el cómodo interior de mi pijama gris. Me encuentro escribiendo a estas horas porque el día de hoy se me ocurrió ignorar el bien sabido hecho de que el té también tiene cafeína, por lo que me permitiré atormentarlos con mis desvaríos, necedades y otras tantas incongruencias tantos lógicas como gramaticales para que encuentren fresco, horroroso y cáustico material en la mañana -oh soy un santo-.

¿De que os hablaré en esta noche tan singularmente húmeda y fría -osease hermosa para mí-? Podría ser de mis múltiples locuras concernientes al lenguaje; que la extinción de las palabras os y vuestro en nuestro dialecto son de los más estúpidos atentados contra el idioma hablado, o que me sentiría mucho más cómodo si el castellano tuviera mejores maneras de indicar el vocativo y así evitarnos molestias al hablar como confundir "¿Quieres té negro?" con "¿Quieres té, negro?".

Posiblemente también os pueda hablar de la manera en la que la abrumadora popularidad de los vídeos sobre personajes cayéndose de borrachos me ha alentado a declararme extinto en el país y mudarme a un lugar muy muy lejano (la Antártica, los Cárpatos y el reino perdido de Buthan están entre mis principales opciones por el momento, justo después del imperio subterráneo de la gente verde). Creo que estoy exagerando, aunque en todo caso esa exageración y amargura me dice que necesito urgentemente un retiro espiritual.

Pero esas son nimiedades comparadas con el hecho de que -suenan trompetas- ¡Me he puesto finalmente en contacto con mi ornitorrinco interior! Mamadas. Bueno no. Tenía que escoger un ente ancestral o prehumano y sinceramente el ornitorrinco no sólo es más cool, también es más divertido. A lo que me refiero es creo haber cortado finalmente el cordón umbilical con la humanidad. Después de enagenarme con tres videojuegos cuyo objetivo es matar humanos -ya sea con enfermedades pandémicas, zombies o torres controladas por orcos, fantasmas y demonios-, finalmente llorar en la escena de Hellboy 2 en la que matan al elemental y deprimirme abismalmente cada vez que pienso en lo que le pasará a los pobres árboles cercados de "Polnaco" he llegado a la conclusión de que si llega una especie de apocalipsis extermina-humanitos seré más que feliz.

Es por eso que he resuelto mis diferencias con la involución humana y decidido convivir armónicamente con ella por cuestión de intereses comunes.

lunes, 4 de julio de 2011

Que todo lo ve...

Nope, lo siento, esto no va a ser un aborto de ensayo. Se los digo de una vez para que luego no intenten lincharme mientras gritan "Brujo, nos has traicionado".Por el momento no estoy de humor para atender turbas enfurecidas.
En caso de que alguien extrañara mis intentos de cuento, creo que esto es una buena noticia; para quienes los odian, creo que me divertiré de lo lindo atormentándoles.
(Por cierto, el cuento SÍ tiene título, es el del post)

-Por haberme humillado, de ahora en adelante cargarás con la maldición de no poder reconocer el verdadero amor.-dijo la anciana mientras se sacudía el cemento de su enchinchado rebozo.

La chica a la que se dirigía, por su parte, se le quedó mirando con una rostro de fastidio bien justificado. Sinceramente, aquel fósil andante había tenido la culpa de todo; desde no fijarse en el letrero con grandes letras rojas de "no pisar", hasta provocar con su histeria que el sacarle del cuadro de cemento fresco en el que se había atascado terminara en un aparatoso espectáculo que involucrara dos patrullas, un camión de bomberos y un cacofónico concierto de bocinas alentado por el "cuello de botella" que había causado por ineptitud para estacionarse de los conductores de los vehículos oficiales y -posiblemente en mayor medida- de la gente morbosa que se deleitaba con la ridícula escena.

¿Pero de qué era ella culpable? En caso de preguntarle a un ser supremo omniciente y justo, la respuesta sería la misma que la de ella: le dijo a la vieja que tuviera cuidado con el cemento, cosa que la señora seguramente interpretó como "no tenga cuidado, usted siga caminando como un sonámbulo descerebrado, al fin no pasa nada"...al quedar atrapada la anciana ella intentó ayudarla a salir y, cuando vio que no podía, decidió llamar a la policía.

Si tan sólo hubiera proseguido con su valemadrista existencia, deslizándose espectralmente por las húmedas calles de la ciudad mientras iba a la tienda para surtirse de los vitales café, chocolate y tabaco, importándole poco si la ambulancia que se oía a lo lejos iba por un gordinflón sufriendo un ataque cardiaco o por un mocoso recién atropellado. Oh, si tan sólo no se hubiera despertado de tan buen humor, si tan sólo el paradisiaco clima veraniego no la tuviera sonriendo como demente de filme barato...hubiera sido un día tan diferente.

El que no tuviera nada importante que hacer en el día no le daba derecho al universo -o ser supremo antes mencionado- de enviarle un evento que despilfarrara de manera tan atroz su tiempo, paciencia y fe en la humanidad.

Moraleja de la historia: la próxima vez que una estúpida anciana esté a punto de quedar atrapada en el equivalente urbano de las arenas movedizas, no molestarse por prevenirle o ayudarle.

Y en cuanto a la maldición, sinceramente poco le espantaban esas cosas a esta edad en la que se logra finalmente entender por completo a lo que se refiere la gente cuando dice cuentos para niños.