viernes, 28 de octubre de 2011

El pequeño Kobo

Su llegada al mundo fue, en su momento, comparada con la Inmaculera Concepción. Sólo que en su caso se trató no del hijo de Dios traído al mundo para salvar a la humanidad (disque), sino del ansiado engendro de la diosa Minerva (en una unión tanto lésbica como trans-especie con una simple mortal), enviado con el propósito de traer júbilo y regocijo a Fabala Salima Bruzus,quien hasta ahora -y a pesar de la numerosa evidencia en contra- sostiene haberle parido.

En un paralelismo fascinante con la historia bíblica, su presunta madre estaba ya casada con un noble -venido a menos- de las tierras desiertas llamado Osama Fiyero Azu, quien nunca se preguntó sobre la legitimidad de aquel mocoso de piel blanca y negra como uno de sus numerosos descendientes (a pesar de tratarse del primer hijo de su hasta-entonces-estéril esposa).

Sus padres quisieron que el niño ostentara el nombre de Kobo, algo curioso debido a que, como había pasado 30 años atrás cuando nació Fabala, los progenitores discrepaban en el porqué del nombre. De acuerdo con Osama, el niño fue intentado bautizar -el "intentado" gracias a que la ceremonia nunca se llevó a cabo debido a la aversión que le tenía el infante al agua- en honor a un poderoso gigante que había muerto ahogado unos meses antes de que naciera; mientras que Fabala aseguraba que el nombre lo leyó en la frente del neonato cuando lo colocaron por primera vez en sus brazos -cosa que asumió como una orden divina que convenía obedecer-.

Con el tiempo, los talentos del niño fueron haciéndose notar. Su habilidad para narrar historias era tan asombrosa que su propio padre intentó utilizarle para poder ganar de nuevo el favor del rey, plan jamás realizado debido a que el monarca fue ejecutado por una turba enfurecida de ideas comunistas mientras la esperanzada familia viajaba al palacio.

Temerosos del nuevo gobierno, Kobo y su numerosa familia (que además de sus progenitores incluía las 6 concubinas de su padre y 24 medios hermanos) huyeron del país. Fue durante este tiempo que el pobre empezó a sufrir de serios problemas digestivos los cuales desquiciaban a su madre al grado que en una ocasión se le encontró en su cuarto farfullando que lo iba a matar.

Afortunadamente, su madre se dio cuenta de que los problemas eran sólo causados por la gran cantidad de comida que Kobo ingería por ansiedad y optó por simplemente colocar un candado en la alacena, curando así los problemas de su hijo.

Fue esta la infancia del gran prodigio que marcaría una era y que algún día liberaría a la gente del cabello verde y llevaría a la humanidad de la mano al paraiso de la sabiduría infinita.

En otras palabras, ésta es mi desquiciada -y ligeramente menos odiosa- manera de decir ¡Muéranse de envidia cabrones, tengo un eReader!

lunes, 17 de octubre de 2011

Rebelión

Por motivos sólo lógicos para Su Ominencia, he decidido entrar en huelga contra un patrón corrupto, voraz y completamente falto de moral llamado Su Ominencia.
No, no oyeron mal, mi subconsciente se volvió rojillo y decidió rebelarse contra lo primero que tuvo enfrente: yo mismo.
Es así como hago una (mala -pésima {lastimera}-) reducción al absurdo del mocunismo y me libero de la opresión que Yo ha cargado inescrupulosamente sobre mi persona, con el único fin de perseguir el bien propio e ignorando por completo las necesidades de los demás.
Sinceramente esto es más que ridículo y debería dejarlo de una buena vez antes de que me la crea.
Buenas noches a todos ustedes y que sueñen con globos aerostáticos fabricados con vísceras humanas.