Antes que nada me gustaría aclarar que "chayote" en brujinés significa "adiós", algo así como un "ciao" pero grandote. Además de eso quiero agradecer a mis cuatro followers (así como a todos los que lo hayan visitado por accidente} su paciencia y atención hacia este Brujo y su blog.
Esta, criaturas y criaturos es mi última entrada del año, y la voy a aprovechar para escribir una pequeña metáfora de mi pequeño viaje en estas fiestas decembrinas, puesto que ya me dí el lujo de mostrar mi quasi-aprecio por todos los que están leyendo esto del otro lado del monitor.
Sin nada más que decir, mi último cuento del año:
Su verde superficie empezó a reflejar los primeros rayos del alba, pasando de un fantasmal verde menta a uno mas vivo y similar al musgo. De su rechoncho cuerpo colgaba una cabineta de mimbre atada con listones, que a sazón también eran verdes, con una pequeña ventanilla enfrente. Cuatro ganchos estaban a los lados de esta, de los cuales colgaban maletas de piel negra y pequeños baúles de una hermosa madera color rojo vino.
Un duendecillo metálico con runas en todo su dorado cuerpo iba y venía desde la puerta de la azotea al misterioso objeto, haciendo minuciosos arreglos en el pequeño globo. Como él, varios seres casi idénticos revisaban el estado del globo, empacaban cargas que parecían demasiado grandes para uno de ellos, pero que aún así llevaban con toda tranquilidad.
De los costados de la excentrica aeronave se extendían dos alas con un escudo en cada una de ellas, que por su posición no sugerían servir como las de un ave, sino mas bien como las velas de un barco, destinadas a proveer de impulso al dirigible.
De la podrida portezuela salió una figura alta y esbelta, envuelta en una elegante túnica negra bordada con hilos de seda esmeralda. Sus ojos estaban ocultos por un grueso par de googles de cristal de peridoto, sostenidos en su lugar por correas de piel de lobo.
En la mano derecha traía un tridente hecho de ébano, con una punta de acero azul que de cierta manera desarmonizaba con la glauca manía del desgarbado amo. En la izquierda traía un libro grande y pesado, con un vetusto y gastado filo dorado.
Clavó su mirada en el globo, el cual parecía mutar frente a sus ojos mientras se inflaba, cambiando de un improvisado saco de bolsas de supermercado para volverse una especie de ventana al techo de un bosque, dejando ver avecillas e insectos de la más variada índole.
Minutos después, completamente hinchado, seguía sin parecer capaz de levantar el vuelo, al menos para todo aquel que hubiera crecido bajo los preceptos de la ciencia moderna;él, por otra parte, lo había rellenado con gases alquímicos, tan densos como el vacío y tan voluminosos como una ballena. No era necesario entonces que la carga y el globo tuviera las proporciones recomendadas por los expertos para elevarse sin problema alguno del suelo.
El misterioso hombre le entregó su tridente a uno de sus pequeños sirvientes, el cual lo acomodó con todo cuidado dentro de la cabina. Regresó a tomar el libro de las manos de su amo, para colocarlo con la delicadeza de una madre junto a el tridente.
Todo parecía estar listo, ahora podía abordar su nave. Colocó un pie dentro y el globo cedió ligeramente ante el nuevo peso que debía soportar, cosa que se repitió cuando se introdujo completamente en la cabina. El borde de la solapa de cuero que fungía como puerta se iluminó tenuemente, acompañada por un suave silbido, sellando así la cabina y protegiendo al hombre del viento y las posibles caídas.
Los duendecillos procedieron a desatar las cuerdas que mantenían el globo atado al piso, las cuales ya libres retrocedieron hacia la canasta y se enrollaron por si mismas silbando aliviadas, pues no eran cuerdas, sino serpientes mágicas.
El globo se fue elevando, y conforme lo hacia se iba volviendo traslucido su cuerpo, luego transparente y luego casi invisible, pues en donde había estado un dirigible ahora se encontraba un loro de brillantes plumas esmeralda.
Perdiéndose en el cielo se dirigió hacia el este, hacia las cavernas que habían traído a este mundo a los ancestros del hechicero...
¡Feliz Brujidad y Año Nuevo sin crisis!
Pues ¡Feliz navidad y todo eso, Brujo!
ResponderEliminarY te diría todas esas cosas pretenciosas y sentimentales que la gente dice, pero...dejémoslo en un "Que te la pases bien"