sábado, 3 de julio de 2010

Regalo de Cumpleaños

Hoy es el cumpleaños de Zura (aunque hubiera jurado por Shijiadra que era el martes) y como tal me gustaria dedicarle una pequeña (aunque no necesariamente magnifica) historia:

"La mujer con el vestido de post-its" no. 1

Sobre el libero, entre chucherias de la mas variada procedencia había una fotografía, cuyo proposito no era otro que el inmortalizar a una bella jovencita vestida con un encantador vestido de fiesta, el cual hubiera lucido mejor de no haber estado recubierto con post-its. A su lado se encontaba un pequeño cuaderno, con una nota en la portada: "A la dama de mis sueños".


Ya no podía evocar su pasado en los dias que le hacian ver mas amargo el presente. El hecho de que no podía recordar nada era, pues, lo único que su memoria estaba dispuesta a archivar.

Conocía el mundo por sus sentimientos: podría no saber a ciencia ciera lo que era un auto, pero dentro de ella la sensación de que este le servía para transportarse era lo único que necesitaba para no ser invadida por el horror (aunque era normal verla viajando en la cajuela, el parachoques o incluso en el toldo cuando no encontraba la nota que le recordaba que se viaja dentro del vehiculo).

Existir en una eterna angustia era lo único que hacía; pues estando siempre conciente de que iba a olvidar en cualquier momento, tenía que apresurar todo lo que se propusiera hacer antes de sucumbir ante la amnesia.

Su ingenio jamas la habia abandonado; cuando su médico le dijo que pronto sería incapaz de recordar cualquier cosa, pusó manos a la obra y fue planeando minuciosamente cada detalle, con tal de hacer el hecho de no tener recuerdos menos pesado.

No se preocupó por la comida, dependería de lo que su cuerpo sintiera para procurarse a si misma. Tal vez el antojo de comer un chocolate abandonaría su mente en cualquier momento, pero el estomago seguiría rogandole alimento sin importar los tropiezos de su enferma mente...continuará

1 comentario:

  1. Ay, qué lindura, Edgarcín. Lo presumiré cual ropa nueva. La protagonista y yo somos tal para cual: ¡todas unas depiztadaz! [¿cómo se escribía? jaja].

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