sábado, 14 de agosto de 2010

"La mujer del vestido de post-its" ultima parte

No soy de las personas que creen en el amor a primera vista,( ¡vaya!,¡ni siquiera a las primeras veinte!), pero vivimos en un mundo extraño, en el que no creer es una invitacion al destino para demostrarnos que estamos equivocados.

Fue bello como tener que recordarle cada pocos segundos lo que acaba de vivir, casi un circulo vicioso cuando le daba amnesia en cuanto acababa de contarle lo qe habia pasado. Pero en poco tiempo acababa, limitandome a recordarle que le habia contado el resumen hace dos minutos.

Como dije, a falta de memoria, la guiaban sus sentimientos; y el amor, al igual que el hambre, no era algo que desapareciera con sus olvidos, permitiendome robarle un beso aunque acabara de olvidarlo todo.

Pronto descubri que los post-its estaban ordenados estrategicamente: en el pecho habia uno que solo podia leer frente a un espejo, le recordaba cuantas notas en total debía llevar; en la parte delantera de la falda llevaba normas de etiqueta; los mas importantes (al menos para mi) eran los de los hombros, "Nota no.12: amar a quien con ternura te sujete esta mano".

Su hogar compartía su peculiaridad; no habia un solo rincón que estuviera libre de las notitas fosforescentes. Desde notas que le indicaban donde quedaba una cosa importante (y otras para recordarle que la dejara donde la encontró) a otras que le recordaban papelillos de mayor prioridad.

Un día fuimos a pasear junto a un lago, lamentablemente olvido hacer una nota que le dijera que no sabia nadar. Junto con unas personas que se encontaraban ahi por casualidad la logre sacar, pero ya era tarde. El agua se habia llevado su respiración, al igual que la tinta que contnía sus recuerdos...

2 comentarios:

  1. Auch. ¿Por qué matas a la chica, Edgar? :S

    ResponderEliminar
  2. No se, creo que porque el final no-infeliz me llegó demasiado tarde a la cabeza...

    ResponderEliminar